
 
Las calles de  Gotham  disfrutan de una paz y 
tranquilidad sin precedentes desde hace ocho años. La reducción de los 
actos delictivos se debe a la entrada en funcionamiento de la  Acta Dent
 , una legislación municipal coercitiva que implica un fuerte 
endurecimiento de las penas de prisión e incluso la negación de algunos 
derechos constitucionales de apelación y revisión de sentencias. Pero el
  Comisario Jim Gordon  sigue sin estar tranquilo y mantiene un 
control firme sobre el cuerpo de policía. Quiere que no se baje la 
guardia y que no se de un paso atrás en lo conseguido. Aunque hablando 
de esto solo arañamos la superficie. En realidad, el buen Comisario 
arrastra un enorme cargo de conciencia tras el acuerdo al que llegó con 
 Batman  para que el enmascarado asumiera las cinco muertes perpetradas por  Harvey Dent  tras el atentado que le desfiguró. El  Joker  no podía socavar la credibilidad del único funcionario público íntegro que había tenido  Gotham  en décadas. La ciudadanía confiaba en él y descubrir la verdad sobre el  caballero blanco  habría significado destruir la moral de una población necesitada de esperanza. 
Pero la mentira conlleva consecuencias.  Gordon  no puede seguir ocultando la verdad y, ocho años después, empieza a pensar en hacerle justicia a su amigo, el  protector vigilante  que decidió hacer un gran sacrificio personal para que  Gotham  siguiera adelante. Pero, al igual que  Gordon  acarrea las consecuencias de esa polémica decisión,  Bruce Wayne
  también ha caído en la desdicha más profunda. Lastrado por heridas 
físicas y emocionales que ya no es capaz de sobrellevar, ha decidido 
retirarse del mundo recluyéndose en su mansión. Convencido de que su 
presencia ya no es necesaria, ha optado por dar rienda suelta a su 
remordimiento paseando por el ala Este, como una misteriosa figura que 
solo mantiene contacto con su inseparable mayordomo  Alfred Pennyworth .
Los
 acontecimientos, sin embargo, están a punto de cambiar diametralmente 
el panorama. Una nueva amenaza se cierne sobre la ciudad y será una 
atractiva ladrona quien presagiará su llegada. Ante esta situación,  Bruce Wayne
  tendrá que volver al gran juego y todos aquellos que sirven a la 
ciudad deberán movilizarse de nuevo en un choque de voluntades épico que
 exigirá que vuelvan a dar lo mejor de ellos.
Ante una premisa 
argumental como ésta, no hay otra opción que presentar la rendición y 
convertirse en un audaz espectador de unos acontecimientos apasionantes.
  Christopher Nolan  concluye su periplo, como responsable de las
 adaptaciones del superhéroe murciélago, con un tercer acto imponente 
que configura, junto a las dos películas precedentes, un tríptico de 
gran unidad formal y coherencia narrativa. Gracias a la realización de 
esta saga memorable, ha conseguido situar a  Batman  en un lugar 
de prestigio dentro del mundo del cine trasladando lo mejor de su 
excelente trayectoria en los cómics y añadiéndole la visión personal de 
un director que siempre ha apostado por una adaptación realista, dotando
 a los personajes de esencia y trayectoria, y haciéndoles moverse por 
escenarios reales, sin fuegos de artificio ni fantasías góticas 
innecesarias. Esa consideración que tiene ahora era algo largamente 
esperado puesto que nadie antes había conseguido trascender tanto 
adaptando al  Caballero Oscuro .  Nolan  partió de cero defendiendo una idea que  Warner Brothers
  decidió sufragar. Afortunadamente, el éxito cosechado con esta 
propuesta, destierra para siempre otras versiones decepcionantes que 
casi acabaron por completo con la existencia de  Batman  en la pantalla grande.  
A lo largo de esta trilogía que ahora termina,  Nolan  y sus co-guionistas (su hermano  Jonathan  y  David Goyer ) han dotado a  Batman  de la mayor complejidad y profundidad conferida nunca a un superhéroe en el cine. En  The Dark Knight Rises
 , la visión personal y realista junto al tono adulto del guión, 
configura un desenlace emotivo a la par que sombrío. La sensación 
crepuscular invade el metraje y se mantiene agazapada en todo momento, 
dominando el tempo y transmitiendo esa idea en la mente del espectador 
avezado. 
Tras ver el film, creo firmemente que  El Caballero Oscuro (The Dark Knight)
  mantiene su hegemonía como el mejor film de esta saga y quizá como la 
mejor adaptación al cine de un superhéroe de cómic. En ella todo encajó 
tan perfectamente que resulta prácticamente imposible igualarla. Pero 
ello no es óbice para afirmar que  The Dark Knight Rises  es un 
excelente film. Caracterizado por un argumento oscuro, siniestro, y 
lleno de matices, la película avanza con paso firme hacia un final en la
 cumbre. Nos deja además escenas y momentos absolutamente memorables 
que, como en todas las grandes películas, tienen la virtud de resonar y 
resonar en la mente del espectador días después del visionado.  
Obviamente,
 la película también tiene pequeñas deficiencias que le impiden llegar 
al nivel supremo de su predecesora. En el desenlace del film hay algunos
 elementos que quizá no acaben de funcionar y, en general, la trama es 
tan intrincada y compleja que puede exigir más concentración de la 
habitual en el espectador que va a la sala de cine a disfrutar de la 
parte más superficial. La duración del film es extensa y eso siempre 
suscita la duda de si una mayor contención podría sido beneficiosa. 
Aunque, en este tema, yo estoy completamente a favor del director porque
 se ha ganado el derecho a trasladar a la pantalla la historia tal como 
ha sido concebida. 

 
Nolan  aumenta aún más la escala y la épica en los 
acontecimientos que narra. Llega a mostrarnos  un escenario apocalíptico
 de guerra urbana. Estas secuencias incorporan algunos significados que 
ya han sido reseñados por la crítica especializada y que vale la pena 
reseñar. En la sublevación popular que se desata, podemos encontrar ecos
 de la situación de crisis económica existente y del descontento 
creciente de la población. No es casualidad que varias de las escenas 
más simbólicas se hayan rodado en los alrededores de  Wall Street  y del  New York Stock & Exchange .  Nolan
  sugiere y nunca profundiza porque no es el tema central de la película
 pero esa leve anotación política es un rasgo patente en la traslación 
del argumento a la pantalla. En cierto modo, confluyen en  Gotham
  algunos de los temas que más preocupan actualmente y ésta es una 
concesión que no todos los directores pueden conseguir cuando se realiza
 un film destinado al gran público. No soy seguidor del cine de 
reivindicación política, no comparto sus ideales ni motivaciones. Por 
todo ello, admiro la propuesta de  Nolan  a la hora de establecer
 pinceladas de contexto social actual en un concepto de ficción heroica.
 Creo que concuerda perfectamente con su amplia voluntad de realismo en 
la que cabe la idea de reflejar como la sociedad occidental ha sufrido 
una crisis financiera muy potente pero pugna por remontar con la unión y
 la determinación como bandera. Los ciudadanos de  Gotham  lo ponen en práctica ante la amenaza de  Bane  y en eso podemos encontrar ecos de la realidad que nos rodea cada día.

 
Dicho esto, me gustaría destacar, una vez más, la labor del espléndido reparto de la película empezando por un magnífico  Christian Bale , inconmensurable de nuevo a la hora de reflejar la pesada carga emocional que le acompaña. Interesante el rumbo que toma  Michael Caine  como  Alfred  y las reflexiones que evoca ante la idea de  Bruce  de volver a las calles.  Gary Oldman  y  Morgan Freeman
  se mantienen en el alto nivel que les caracteriza y entre todos ellos 
forman el mejor colchón posible para la entrada de nuevos miembros. En 
este tema, debo poner un énfasis especial en  Joseph Gordon-Levitt
 , quien tiene a su cargo un papel formidablemente escrito que gana 
credibilidad a medida que avanza la película y que tiene una evolución 
extremadamente interesante. Este  John Blake , un honrado e íntegro policía que es capaz de remover las convicciones de  Jim Gordon  porque le recuerda a él mismo cuando empezaba en el cuerpo, es uno de los grandes aciertos de la película. En cuanto a  Anne Hathaway , debo decir que su presentación al universo fílmico como  Catwoman  es sumamente interesante. Tal como estamos acostumbrados,  Nolan  ha mantenido las señas de identidad del personaje complementándolo con rasgos de  femme fatale
  aunque siempre controlando para que la cosa no se escape de los 
parámetros de realismo establecidos. El resultado es  acertado y la 
interpretación de  Anne Hathaway  responde a lo exigido superando un reto que muchos creían que no sería capaz de afrontar con credibilidad. El caso de  Marion Cotillard  y su  Miranda  Tate  es otro tema y quizá será mejor que lo debatamos en la sección de comentarios.
Punto y aparte merece el villano de la función. El   Joker   de   Ledger   siempre será un referente pero es sensacional comprobar como han sido capaces de conseguir que el hercúleo   Bane   se convierta en un auténtico icono.   Nolan   quería a un antagonista muy diferente, necesitaba a alguien muy físico para esta conclusión y escogió a   Bane   porque además le garantizaba otros elementos. La dificultad para   Tom Hardy  
 ha sido máxima porque, además de aumentar brutalmente su presencia 
física, ha tenido que canalizar su interpretación gestual solamente con 
los ojos. Su voz es opresiva y tenebrosa, un auténtico tesoro que solo 
podrán descubrir en versión original. Y, enfundado en el chaleco de este
 misterioso mercenario, encontraremos a un coloso de imponente fuerza 
pero que también destaca por su gran inteligencia. Sus maquinaciones 
pueden resultar más peligrosas que la mismísima fuerza de sus puños y su
 inquebrantable determinación solo puede ser entendida al conocer su 
origen. Alguien que ha nacido y crecido en las sombras, con graves 
privaciones, siempre será capaz de desatar una ira inigualable incluso 
para aquellos que han experimentado una gran tragedia. Pese a la 
perversidad de sus actos, la manera como desata el terror en la ciudad 
es digna de reconocimiento. En el apartado de comentarios podemos hablar
 de sus motivaciones. 

 
Antes de concluir, quería reseñar también la formulación elegante y diseminada de los   flashbacks  .
 Resulta fascinante como utiliza el montaje para mostrarnos imágenes de 
recuerdo sin diálogo que frecuentemente van acompañadas por la voz 
explicativa en presente o incluso por la recuperación de anteriores 
personajes de la saga. Eso le confiere un aire casi onírico a esas 
secuencias y, tal como ocurría en   Origen  , son una marca de clase en el director anglo-norteamericano.  
En definitiva,  The Dark Knight Rises  es una película magna y ambiciosa. Sus debilidades son compensadas por su espectacular conjunto y, aunque  Nolan  y  Bale
  no quieren volver a la franquicia, se deja el camino abierto a la 
especulación. Algo que nunca debe faltar en este tipo de películas.
Este
 año hemos tenido dos aportaciones muy diferentes y enormemente válidas 
al mundo de los superhéroes. La vertiente más lumínica, explosiva y de 
entretenimiento que nos brindó  Joss Whedon  con  Los Vengadores  (en menor medida  The Amazing Spider-man
 ) y la que nos ocupa, donde domina la profundidad, el intimismo, y las 
motivaciones oscuras. Dos magníficas visiones, cada una en su terreno, 
sobre lo que debería ser el cine de superhéroes. Este es el camino a 
seguir, ojalá que dure. 
  
Título: El caballero oscuro: La leyenda renace
Título original: The Dark Knight Rises
Dirección: Christopher Nolan
País: El Reino Unido, Estados Unidos
Año: 2012
Fecha de estreno: 20/07/2012
Duración: 165 min.
Género: Criminal, Drama, Acción
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Reparto: Tom Hardy, Christian Bale, Liam Neeson, Anne Hathaway, Joseph Gordon-Levitt, Gary Oldman, Cillian Murphy, Marion Cotillard, Morgan Freeman, Michael Caine
Guión: Christopher Nolan, Jonathan Nolan
Web: wwws.warnerbros.es/batman3
     Distribuidora:
Warner Bros. Pictures