Innovadora, entregada, profesional, única... Todos los adjetivos se quedan cortos para definir la actuación de Madonna en el descanso de la Super Bowl porque su show fue simplemente impresionante. La ambición rubia ya lo anunciaba en rueda de prensa el sábado por la tarde: “Quiero hacer el mejor show de la Tierra. Nunca, en toda mi carrera, he preparado una actuación con tanto esmero como en esta ocasión. Estoy muy nerviosa”.
No sabemos si consiguió hacer el mejor show de la Tierra, en Twitter se está hablando de que hubo playback en algún momento complicado de la coreografía. Lo que sí consiguió, a pesar de un pequeño tropiezo en uno de los pasos, es dejar a los 111 millones de espectadores preguntándose si había sido la mejor actuación de la hisoria de la Super Bowl.
Madonna contaba con ocho minutos para montar el escenario, siete para retirarlo y doce para ejecutar el show. Comenzó cantando Vogue, vestida de romana y rodeada de gladiadores. Continuó interpretando Music y su nuevo single 'Give me all your luvin', para lo que subió al escenario a sus dos animadoras: Nicki Minaj y M.I.A. Para terminar invitó a su colega Cee Lo Green y, acompañados de un gran coro, se metieron al público en el bolsillo con una versión un poco discotequera de Like a Prayer. Los doce minutos se pasaron volando. El show había terminado. Madonna desapareció en una columna de humo dejando la sensación de que podremos empezar a compararla con las nuevas divas del pop cuando lleguen a los 53 años como ha llegado ella: en plena forma, con sentido del humor y haciendo se su show uno de los mejores espectáculos del mundo.
El vestuario estuvo firmando por Bea Åkerlund, una reconocida estilista que ha trabajado también con Lady Gaga. Akerlund se decantó por Givenchy y para rematar el look apostó por unos pendientes de Bulgari. Eran perfectos para la imagen de Cleopatra que daba al principio de su actuación, cuando cientos de gladiadores la rodearon para cantar Vogue.
Sin pezón, pero sacando el dedo
“En mi show no veréis pezones”, aseguraba Madonna antes del mini-concierto. Pero como una Super Bowl nunca será del todo mítica sin un poco de censura, M.I.A enseñó el dedo a la cámara. La censura llegó un poco tarde y el gesto rebelde se pudo ver perfectamente.
Por lo demás, fue una Super Bowl sin grandes polémicas. El himno se lo habían encargado a Kelly Clarkson, que decidió no arriesgar demasiado y hacer una versión correcta, pero poco emotiva. Quizá el patinazo de Christina Aguilera del año pasado, cuando se olvidó la letra, le dejó pocas ganas de centrarse en los gallitos.
En las gradas, se vieron numerosos famosos como Katy Perry, con una indescriptible vestimenta de inspiración fútbol americano (¿?), o Steven Tyler, cantante de Aerosmith. En el campo, los Patriots—equipo de Tom Brady, el flamante marido de Gisele Bundchen—dejaron escapar el partido y los Giants se proclamaron campeones al vencer 21 a 17. Aunque todo el mundo sabe que la verdadera ganadora de esta Super Bowl fue Madonna.