Existieron algunas bandas que, indudablemente, nacieron adelantadas a su tiempo. Ya sea por su calidad musical, que los llevó a estar por encima, generando sensación de incomprensión entre el público de su época o tal vez por una propuesta estética desafiante a todo nivel, muchos de estos grupos han quedado confinados a ser únicamente de culto. Sin duda alguna, dentro de ese apartado cuajan perfectamente los Lions in Love, esa efímera y multicultural agrupación que tuvo vida en España a principios de los años 90s.
Hay que remontarse a aquellos alocados años de principios de la década del 90. Ibiza, el éxtasis, la fiesta interminable, los últimos coletazos de aquellos juerguistas años 80s que se hacían extensivos en los primeros estertores de la década naciente. En ese contexto, aparece un grupo que proponía una fusión sin límites. Dance, matices latinos, reggae, psicodelia, rock, pop, acid house y muchas otras cosas más podían encontrarse en una banda tan extraña como atrayente. Lions in Love, ante todo, sonaban frescos. Eran, indudablemente, la respuesta española a lo que sucedía en Inglaterra, con bandas como Primal Scream (circa «Screamadelica»), Happy Mondays o los más bailables Dee-Lite, pero con una mixtura de formas y contenidos que los hacía totalmente diferentes a la vez.
¿Pero eran realmente españoles? Un poco si y otro tanto no. La conformación de la banda habla a las claras de muchos integrantes argentinos que se encontraban viviendo en Madrid: su líder, Daniel Melingo (ahora convertido en intérprete de tangos), el saxofonista Willy Crook y también el bajista Pablo Guadalupe, amén de Guillermo Piccolini, habitual colaborador de la banda. Pero la voz, ese sensual canto de sirena que hacía distintiva a la banda, estaba a cargo de una señorita holandesa llamada Stephanie Ringes (ahora en Shiva Sound).
Lions in Love dejaron tan sólo dos discos en su corta carrera como banda. Luego de la disolución, cada uno tomó diferentes rumbos y este grupo no pasó de ser una linda aventura. Dos discos dejaron en el camino: «Lions in Love» y «Psicofonías», dos pequeños ejercicios de cómo sonar imprevisibles, auténticos y adelantados a su tiempo. La gran mayoría tal vez los recuerde por canciones como la del video, o como la maravillosa «Pulseras». Pero, creanme, Lions in Love eran mucho más que esto. Eran un grupo demente poniéndole una banda de sonido acorde a los tiempos que se vivían.
Hay que remontarse a aquellos alocados años de principios de la década del 90. Ibiza, el éxtasis, la fiesta interminable, los últimos coletazos de aquellos juerguistas años 80s que se hacían extensivos en los primeros estertores de la década naciente. En ese contexto, aparece un grupo que proponía una fusión sin límites. Dance, matices latinos, reggae, psicodelia, rock, pop, acid house y muchas otras cosas más podían encontrarse en una banda tan extraña como atrayente. Lions in Love, ante todo, sonaban frescos. Eran, indudablemente, la respuesta española a lo que sucedía en Inglaterra, con bandas como Primal Scream (circa «Screamadelica»), Happy Mondays o los más bailables Dee-Lite, pero con una mixtura de formas y contenidos que los hacía totalmente diferentes a la vez.
¿Pero eran realmente españoles? Un poco si y otro tanto no. La conformación de la banda habla a las claras de muchos integrantes argentinos que se encontraban viviendo en Madrid: su líder, Daniel Melingo (ahora convertido en intérprete de tangos), el saxofonista Willy Crook y también el bajista Pablo Guadalupe, amén de Guillermo Piccolini, habitual colaborador de la banda. Pero la voz, ese sensual canto de sirena que hacía distintiva a la banda, estaba a cargo de una señorita holandesa llamada Stephanie Ringes (ahora en Shiva Sound).
Lions in Love dejaron tan sólo dos discos en su corta carrera como banda. Luego de la disolución, cada uno tomó diferentes rumbos y este grupo no pasó de ser una linda aventura. Dos discos dejaron en el camino: «Lions in Love» y «Psicofonías», dos pequeños ejercicios de cómo sonar imprevisibles, auténticos y adelantados a su tiempo. La gran mayoría tal vez los recuerde por canciones como la del video, o como la maravillosa «Pulseras». Pero, creanme, Lions in Love eran mucho más que esto. Eran un grupo demente poniéndole una banda de sonido acorde a los tiempos que se vivían.
Tener su disco en vinilo todo un lujo.
PULSERAS
Desde el barco ve las olas chocando
El horizonte, el horizonte.
El oro brilla con sus reflejos
Estrellas, Es-telas.
Ella desde la balconeta
lee le diario, sin mirar.
Si ella desde la balconeta
lee el diario, sin mirar.
Su Pulsera que se mueve
hace ruido de monedas.
Y la vida que se mueve
deja al destino que decida.
Si, ella desde la balconeta
lee el diaro, sin mirar.
Su pulsera que se mueve
hace ruido de monedas.
Y la vida que se mueve
deja al destino que decida.
1 comentario:
Hey que buen grupo, no los conocia. Como siempre tus mejores posts.
Saludos electropoperos!
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