“Estaba caminando por la carretera con dos amigos - el
sol se ponía - sentí como un soplo de melancolía - El cielo de repente se
volvió de un rojo sangre - Me detuve y me apoyé en una valla muerto de
cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo
y de la ciudad - mis amigos continuaron- y yo me quedé atrás - temblando de
ansiedad - sentí un grito interminable que atravesaba la naturaleza…”
Son palabras que
el propio Edvard Munch redactó en su cuaderno autobiográfico en 1892 y que
sirvieron como fuente de inspiración
para una de las obras más conocidas y cotizadas del siglo XX. Las palabras del
artista noruego sintetizan lo que un año más tarde plasmará sobre cartón a
través de unas líneas sinuosas y un color vibrante, desgarrador. El Grito, se
convertirá en una de las pinturas más enigmáticas de la Historia del Arte y un
siglo después nos permite establecer paralelismos de la sociedad de entonces
con la de ahora, la que nos ha tocado vivir.
Las reducidas
dimensiones de la obra (91
cm x 74 cm) no infieren en la inmensidad de su contenido, no se busca una
realidad objetiva ni una belleza formal, Munch va más allá e intenta reflejar y
captar el estado espiritual del alma.
Los elementos
pictóricos empleados potencian sobremanera la expresividad, el color estridente
evidencia el desgarro y estado de desesperación del personaje central, una
figura andrógina, plana y de rostro desfigurado
que sujeta su cabeza con ambos manos emitiendo un “grito silencioso”
ante la pasividad de unos personajes situados en un segundo plano que caminan
normalmente, ajenos al dolor de lo ajeno. El paisaje se alía con la angustia y
el tormento y no ayuda a combatir el estado de soledad y ansiedad que nos
quiere transmitir.
El Grito muestra el
reflejo de una mente atormentada.La existencia y vida de Edvard Munch no fue
nada fácil. Marcado por la tragedia familiar y sus crisis nerviosas acentuadas
por su adicción al alcohol, el considerado precursor del expresionismo dio un
giro a su pintura al tomar contacto con los postimpresionistas en uno de sus
viajes a París sobre todo al conocer la obra de Gauguin y Van Gogh. De una
paleta llena de color y luz de tendencia impresionista la abandona para
expresar el sentimiento a través de unas pinceladas más audaces y vigorosas. El
Grito es la mezcla y expresión de sentimientos y muestra el rechazo de una
realidad social marcada por las protestas y el descontento generalizado, el
contenido simbólico también está presente en la obra.
Son cuatro las
versiones que realizó el artista sobre esta obra que originalmente la
denominó El Grito de la naturaleza (Der Chrei der natur) y fue creada como
parte de la serie Friso de la Vida sobre la vida moderna, el amor, la angustia y
la muerte. De las cuatro versiones existentes la más conocida es la que se
expone en la Galería Nacional de Noruega y dos de ellas han sido objeto de
robos mundialmente conocidos y recuperadas años más tarde.
Hay obras de arte que
llaman especialmente la atención del espectador y ocurre con obras
particularmente simbólicas como es el caso de El Grito. Su estudio y
contemplación invitan a la reflexión, a interiorizar en uno mismo y a cuestionar
el por qué ocurren las cosas, es aquí donde se pone de manifiesto la
universalidad del poder del Arte, un poder capaz de llegar a lo más profundo de
la mente humana eso es….Arte.
El tormento de la existencia de Munch durará
hasta el último de sus días, murió solo
en su casa de Ekely un frio día de invierno de 1944. Fdo. JAVIER NAVARRO JUÁREZ.
LDO. HISTORIA DEL ARTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario